Mi tiempo

Estas semanas están siendo difíciles para mi, tengo que enfrentarme a algo que nunca pensé que llegara a suceder, yo ante la justicia en un tribunal penal por culpa de una “señora” que no asume sus años, sus problemas ni sus frustraciones, y que todo lo que le ocurre me lo achaca a mi. La culpa es mía por ayudar a quien no se lo merece ¡maldito refrán! :”Por la caridad entra la peste”.

Menbos mal que los años y los viajes me han hecho ver la realidad de la vida, y asumir que ya no soy el Moncho de los ochenta, y que mi público cumple años conmigo. Mi ego se ha ido desinchando poco a cpoco, más lento de lo que yo quisiera, pero ya no es el que fue, y espero que pasados los años , no sea nada, solo el recuerdo de unos éxitos, muy trabajados y sufridos. Nadie me ha regalado nada, en lo que al trabajo se refiere, y en el resto de mi vida, las cosas no han sido de color de rosas, pero quien soy yo para quejarme viendo como está el mundo. Si extraño ese nido cálido del hogar que parece que no tengo, por estar siempre viajando y de hotel en hotel.Nadie me espera, y si lo hace Mis alas ya no tienen fuerza para hacer tan largo recorrido. El tiempo pasa inexorablemente, y dentro de dos semanas todo tendrá otro color. Espero que no sea el negro de los nubarrones, si no un sol que empiece a cambiar el color de estos últimos días. A ella, la señora, solo desearle que aprenda a vivir con ella misma, que seguramente le costará mucho, porque el odio solo acarrea enfermedades y desasosiegos.