las hojas...

Las hojas ya han tomado sus colores, aunque sin la fuerza que tendrán dentro de unos días. La primavera que la naturaleza marca cada año, no tiene nada que ver con la de los hombres. Las calles en Valencia han perdio aquella animación festiba de otros años. La gente no tiene el ánimo para andar con la sonrisa en la boca , y en las miradas hay un cierto toque de tristeza. Desde uno de los árboles de la plaza del ayuntamiento, veo como los floristas se quejan de que no venden como en otras primaveras. Pasan las madres cargadas con trajes de primera comunión acompañadas de sus hijos e hijas, con la ilusión puestas en sus rostros, pero seguramente vacío el corazón de la sensación de amor e igualdad que proclamó aquel loco maravilloso llamado Jesús. Se gastarán lo que no tienen en un competencia idiota y trasnochada por demostrar que ellos pueden. De cuando en cuando, todos los días, delante del ayuntamiento se reunen cientos de personas manifestándose porque no cobran. Esta primaver no me gusta. Recuerdo aquella de París en mis años mozos, y otras muchas que me hacían crer en la humanidad. Hoy las hojas de los árboles son más verdes, pero yo no me siento feliz. El petirrojo.