Hoy le vi
Hoy le vi empujando un carrito. La mirada perdida y el corazón atento a la persona que llevaba dando un paseo; Un anciano de barba blanca y mirada triste, que de cuando en cuando le dirigía una que otra palabra y que el contestaba repleto de afecto y cariño sin precio. Su piel morena, la naríz aguileña, el pelo negro, pequeño de estatura y vestido con ropa de otra talla que alguien le regaló. Un rumano pedía limosna, el al pasar delante de el, se encogió de hombros y le sonrrió con tanta ternura, que parecía un billete de 100 euros. ¡Benditos SUDACAS! ¡Que pena! que muchos no comprendan que fue lo mejor que hicimos en América, juntarnos con ellos. Yo le escuché decir cuando me acerqué a ellos en el paso del semáforo: Papasito, tenemos que volver a casa señor, ya empiesa a haser frío. El anciano le miró con tanta ternura, que me vi sentado en aquella silla contemplado la cara de satisfacción de un hombre sencillo de la América Latina que ha venido a España para cuidar a nuestros mayores, y así poder mandar dinero a los suyos.¡Gracias hermanos!