Hare Youn

01.08.2018 21:06

A las mujeres que he querido y me han querido.
Aquella puesta de sol me traía recuerdos muy hermosos. Hare Yung, me contemplaba en silencio, mientras yo jugueteaba con una hierba de tallo alto. El sol jugaba al escondite con las nubes y le mandaba señales de colores que se reflejaban en el mar, con la suavidad del atardecer en el verano de 1968. En aquella época no había muchas mujeres orientales en España y Hare Yung, era como una flor de almendro entre las demás. Era una mujer poco habladora, pero su mirada contaba muchas más cosas que sus palabras. Ella conocía mi debilidad por las personas de mi mismo sexo, pero nada le importaba, solo una vez me dijo: El amor es algo más que el diez por ciento de sexo; no volvimos a hablar del tema. Dormíamos juntos, soñábamos juntos y compartíamos nuestro dolor como lo hace el trigo y la amapola. Hoy ya no está a mi lado. vivo solo, pero cada tarde el sol al ponerse, me recuerda que existió. nada ni nadie superará aquellos momentos, porque fueron verdaderos, sin fisuras, como las piedras del Machu Picchu. Hoy cuando los años me conducen al otoño y la tarde muere lentamente he vuelto a sentirla a mi lado, Marco también la ha sentido y con un pequeño rugido se apartó de mi, para dejarle sitio a Hare Yung.

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