entre la lluvia.

Entre la lluvia, junto a la  vida que renace, pasea el, no le conozco, ni se donde vive ni de donde viene, tan solo que pasea por el andén del tren todos los días a la misma hora. Silencioso, sin aspavientos ni gestos rudos, tan solo pasea. Se que es un hombre maduro, porque hay días cuando el sol es radiante que al no ir tapado con paraguas se le ven las canas de su pelo. Todos los días, sin faltar uno, como un enamorado que haya firmado un pacto silencioso con el tiempo. POSIBLEMENTE EL PRIMER TREN QUE VIÓ PASAR ERA DE CARBÓN , y ahora los rápidos trenes son  solo una estela blanquecina que cruza el espacio. LAS NUEvAS HOJAS HOY LE SALUDAN HÚMEDAS Y CONTENTAS DE LA LLUVIA DE MEDIA TARDE. Siempre con su chuvasquero de marinero, amarillo, como si no temiera el castigo de los dioses del teatro por llevarlo de ese color. Volverá mañana, y el día que falte a su cita sabré que algo ha ocurrido en su vida, y en la mía.