En mi casa no hay niños. Mañana por la mañana no podré ver esas caras maravillosamente llenas de sorpresa y alegría desmedida, pero yo esta noche pondré el zapato en la puerta de mi habitación por si las moscas. Mañana a primeras horas de la mañana, las carreras por los pisos de mi casa donde hay muchos niñas, serán la música de fondo de todas las horas que les permita el cuerpo, acompañadas de gritos y más carreras. Escucharé bajar y subir por las escaleras otros niños que vienen a enseñarles sus regalos. Habrá un niño que no tendrá juguetes y no porque fuera malo este año, no, sencillamente porque sus reyes se fueron a otra galaxia y el ya es un poco mayor, tanto que le llaman abuelo de cuando en cuando. Siente pena dde que la inocencia, esa arma maravillosa que poseen los niños, se marchara de su corazón, por culpa de un compañero de clase que le dijo no se que cosa de los padres. El no es un Peter Pan, se sabe mayor y lo asume, pero cuando cierra los ojos recuerda perfectamente aquel tren eléctrico que echaba humo... Hay veces que maldigo a los seres humanos, por llamarles algo, que destrozan ilusiones, a los que hacen que los niños trabajen como adultos, los mismos que los ven en los basureros y ni se inmutan, esos que hablan del mundo global y estallan los globos de ilusión de cada niño o niña. Querido Vicente Ferrer, tu fuiste un rey mago maravilloso y es una pena que no existan más como tu. Tío Antonio, reserva para mi una hamaca para recoger sueños de niño durante una siesta mientras me tomo un café con silencio. Espero que cada uno de vosotros, los niños que aún sueñan dentro de vosotros, no pierda la esperanza de que un día alguien nos deje algo en el zapato una noche como la de hoy. Yo hoy me acostaré nervioso, a lo mejor mañana tengo un hermoso centro de flores con un petirrojo. Los Reyes magos son muy imprevisibles. Moncho Borrajo
en mi casa no hay niños.
06.01.2013 20:35
