Ella
Ella
Esta reina y señora
que usó bata de cola,
y ponían la capa a sus pies,
es ahora tenida
cual prostituta fría,
que al amor no lo quiere ni ver.
Esa mujer obrera,
y de ancha cadera,
que parió los hijos,
para una guerra,
es ahora callada,
por la prensa comprada,
y su nombre
no es patria ni es nada.
Esa tierra quemada,
de carne agujereada,
por las bombas
en su propia piel,
Es ahora despechada,
cortada y troceada,
por venderla
en un mercado infiel.
De la Iberia orgullosa,
ha pasado a ser cosa,
como pieza de un ajedrez,
donde cinco peones,
que no tienen bemoles,
quieren ser el caballo y el rey.
Me duele verla ahora,
sentada en una esquina,
esperando a que venga
la ambulancia otra vez,
la recoja, la lleve,
y la traiga de nuevo,
de donde los leones
no saben lo que hacer.
Y cuando ya no quede
más leche en sus pechos,
y amamante los hijos
que no quiso tener,
como siempre hemos hecho,
iremos a su entierro,
y quienes la mataron,
llorarán sin querer.
moncho borrajo.