Ella

Ella fue siempre bella, aunque al final de sus días, un cáncer en la mandíbula, la consumió poco a poco y aquella mariposa radiante se convirtió, como en sus comienzos, en la crisálida, que abrazada en si misma, guardaba toda su belleza. Hoy como muchos días, desde que te marchaste, he notado tu vuelo a mi alrededor, y dejé el silencio en mis oídos , al tiempo que cerraba los ojos por si podía verte de nuevo. Ahora que no tengo nadie a mi lado compartiendo mis ansias y amores, el tiempo es todo mío y de aquellos que se acercan a mi, de cualquiera de las maneras. Posiblemente me llamen loco, pero yo sí puedo afirmar que me visitas, al igual que papá, cuando me pongo a coser algo a la máquina o realizo algún trabajo artesanal en casa. Muchas veces he descosido y he vuelto a coser, porque papá me dice: Moncho faino ben (Moncho hazlo bien).
Dicen que el domingo es el día de la madre y a mi me da pena, que solo sea un día, porque vosotras nos dedicáis , al menos tú lo has hecho, todas las horas y segundos de vuestra vida, por el módico precio de un beso de cuando en cuando. 
Gracias por esas visitas inesperadas que me haces, me siento mucho mejor cuando lo haces mamá. Tu hijo Moncho.