El tío Antonio.

El tío Antonio está muy lejos, allá por las Américas centrales, donde los mundos pequeños se hacen grandes y los grandes pequeños. El Tío Antonio se marchó un día de España porque la vida no tenía sentido y mira tu por donde lo encontró hallen de los mares. El Tío Antonio tiene muchos hijos , niños y niñas que saben hablar por signos y hoy me han mandado una maravillosa invitación para amarlos. Sus caras rebosan de una felicidad auténtica, sin mentiras y eso hace tiempo que no lo encontraba. Tengo una hamaca que me mandaron y mis sueños suenan a arpa y a colibrí travieso. El tío Antonio tiene una fundación y un corazón del tamaño de la selva Amazónica, pero necesita que le ayuden, para no cerrar ese mundo que ha creado. Yo no os pido nada, él tampoco, los niños tampoco, El petirrojo que es amigo del colibrí, si os lo pide. Se que muchos no podéis ni con lo vuestro, pero alguno habrá, que tenga un euro que no se lo gaste en un chicle. El petirrojo no me ha dicho como se lo podemos enviar, pero creo que en mi Facebook está su dirección. Me gustaría ser pariente del tío Antonio.