Cosas mías

08.03.2020 10:53

La pérdida o la falta del sentido del humor, dice mucho del nivel cultural de la persona a la que le sucede. El resentimiento, la intolerancia, la animadversión y el ataque desmedido a quienes lo poseen, demuestra tristemente, el desequilibrio personal que sufren quienes lo padecen. Suelen achacar todos sus males a quienes utilizan el humor, como arma y como medicina, como un servidor viene haciendo desde hace 50 años en este país. Reírse de uno mismo, es una de las medicinas más eficaces, para encontrar el equilibrio personal. La ironía, el sarcasmo o la retranca, como se dice en Galicia, no es insulto, más bien ingenio. Un enemigo o contrincante ingenioso, es siempre un aliciente. El insulto, es la falta clara de recursos ante una opinión dada, escrita o hablada, que demuestra la falta de conocimientos para hacerlo. Al decir"nivel cultural" no me refiero a los estudios realizados por la persona, sino, su capacidad para entender cuándo lo dicho, escrito, dibujado o hablado, lleva implícito el humor, por parte de quien lo hace. Ejemplo: Decir felicidades en el entierro, a la pareja del muerto, puede encerrar mucho humor y depende mucho de cómo fuera el muerto y el sentido del humor que tenga la pareja del mismo. ¡Amén!
Nota: Una de las mejores cosas que le pudieron pasar a Góngora, fue tener como enemigo a Quevedo.