Chicho
Querido Chico: Espero y deseo, que tomaras este último tren con la paz que te mereces y estoy seguro de que ya tenías la maleta preparada hacía tiempo; una maleta repleta de sonrisas, sorpresas, aplausos y una caja de buenos puros. No podré estar para decirte adiós, pero tampoco importa, porque El Chicho que yo quiero y he admirado siempre, ya no estará, se habrá ido hace unos momentos a pasear su ironía y magia, por otros lugares, donde espero poder encontrarte cuando mi Dios lo tenga a bien. Gracias por todo lo que me enseñaste y por tu respeto y admiración, así me lo demostraste muchas veces, por mi trabajo y mi persona. Te recuerdo como te gustó mi frase: "La palabra amigo, no precisa adjetivos". No estoy triste, porque tú, estoy seguro no lo querías, solo pienso en lo felices que hicistes a la gente y a mi, al dejarme trabajar bajo tu batuta en el 1,2,3.
Mi cariño por ti seguirá en mi corazón mientras mi vida exista, porque desde el primer momento fue sincero. No abras la ventanilla, el tren en el que viajas es ultrasónico y puedes quemarte con el puro. Recibe un abrazo sin cuerpo.
Moncho Borrajo.