As Fragas

07.04.2012 20:35

 Hace muchos muchos años,cuando  los celtas vivían en esta hoy mi tierra, Galicia, que los druidas y los bosques eran amigos. Los hombres respetaban la naturaleza porque sabían que sin ella no podían existir, y adoraban a la madre tierra como una gran diosa. Los pájaros, las plantas y el resto de los animales, sabían que todo aquello tenía una ley y la cumplían, pero el hombre, el mal llamado animal racional, no quiso seguir las leyes que de siempre se habían seguido en las Fragas de Galaecia, Galicia para los romanos. El verde jugaba con los ríos y las fuentes, y se decía que los pequeños existían entre ellos como lo hacen ahora las gallinas en los corrales. Nadie interfería en nada y posiblemente El mal oscuro, del señor de los anillos, no supiera de aquellos parages llenos de encanto y sabiduría. El musgo de los árboles señalaba siempre al norte, y era la mejor brújula que podías encontrar en las Fragas de mi tierra. El viento  sonaba en invierno como un viejo enfadado , pero la nieve le hacía ser cauto y silvante. En primavera, la naturaleza se desbordaba como una catarata de colores de una paleta de pintor enloquecido y dicen que los dioses, con las hadas,fadas  en gallego, jugaban al escondite con los gnomos , y los trasgos, que por aquel entonces no eran malos;  dicen que fueron los hombres quienes los enfadaron y se hicieron enemigos eternos del ser humano. Nuestros hermanos de Irlanda saben bien como eran nuestros bosques porque ellos guardan uno como una verdadera reliquia. Es una pena que las pequeñas hoces que los druidas usaban para recoger las hiervas curativas, no sesgaran la vida de aquellos que por órdenes, viciós, defectos o avaricia, han quemado las Fragas en mi tierra. Si las maldiciones se cumplen , y espero que si: ¡Que los dioses de la montaña, los de los ríso, los del viento y las oscuridades de la tierra, castiguen con el olvido, la impotencia, la envidia y los celos, a aquellos que promovieron tales actos contra la naturaleza. Dioses celtas hacer que se cumplan los deseos de todos aquellos que ponemos nuestra mirada en las puestas de sol y nos lavamos con el rocío de la mañana.