No merece esa tierra eternos dominantes,
que destruyen costumbres, castellano parlantes.
Señoritos de cría en cuadras sin rebaño,
que acumulan el odio mes a mes, año a año.
Andalucía es más, que una pandereta,
que canción en los bares, y son de castañuelas.
Es sangre que ha regado cada palmo de tierra,
y nunca ha merecido emigrar de su tierra.
Su verdiblanca es, símbolo de una Pepa,
el mar la autopista de su marcha secreta.
Las urnas son las bocas de una tierra hambrienta,
llénalas con tu voto, mándalos a la mierda.