Agosto

11.09.2018 20:45

 

Apenas Agosto había cerrado la puerta,cuando la noche fue tomando poco a poco horas al día. El sol se escondía lentamente,mientras la luz se convertía en una gasa muy sutil que lo mezclaba todo. Una hoja calló de un árbol cercano de donde yo estaba , y en su bailar hacia el suelo, me contó , con la brevedad de la vida de su especie, el tiempo vivido. Había visto anidar pájaros cerca de ella y besarse a un par de enamorados primerizos, también los juegos de los niños bajo el árbol donde ella vivía y hoy se había dejado caer un poco antes de hora, para verme la cara, porque llevaba mucho tiempo un tanto triste y la levantaba poco, eso era cierto. Cuando llegó hasta el suelo, muy cerca de mis pies, nos miramos con amabilidad y en aquella contemplación, me di cuenta que el otoño había llegado a mi vida. ¿Sería largo o corto? Fue entonces cuando recordé mis primaveras vividas, mis veranos repletos de esperanza y energía contagiosa; tiempos de guitarras y canciones, protestas y ansias de arreglar el mundo.
Noté un poco de frío en la espalda y un pequeño escalofrío la recorrió, como si de un tic se tratara. A lo lejos alguien dijo mi nombre. Las estrellas empezaban a salir para saludar al Teide y un perro ladraba a lo lejos. Marco me esperaba en la puerta de casa moviendo su rabo peludo. ¡De pronto! me di cuenta de que yo vivía solo, ¿entonces quien había dicho mi nombre?
me senté en el sillón del salón, Marco me miraba fijamente mientras jadeaba un poco con la lengua fuera y movía su rabo queriendo decir algo.¡Me estoy haciendo mayor, ya oigo voces! Marco se subió a mi regazo. Encendí la televisión, en ese momento estaba un anuncio donde un perro pastor alemán dicen, que decía te quiero en inglés. la gente está loca, pensé, los perros no hablan.

 

Apenas Agosto había cerrado la puerta,cuando la noche fue tomando poco a poco horas al día. El sol se escondía lentamente,mientras la luz se convertía en una gasa muy sutil que lo mezclaba todo. Una hoja calló de un árbol cercano de donde yo estaba , y en su bailar hacia el suelo, me contó , con la brevedad de la vida de su especie, el tiempo vivido. Había visto anidar pájaros cerca de ella y besarse a un par de enamorados primerizos, también los juegos de los niños bajo el árbol donde ella vivía y hoy se había dejado caer un poco antes de hora, para verme la cara, porque llevaba mucho tiempo un tanto triste y la levantaba poco, eso era cierto. Cuando llegó hasta el suelo, muy cerca de mis pies, nos miramos con amabilidad y en aquella contemplación, me di cuenta que el otoño había llegado a mi vida. ¿Sería largo o corto? Fue entonces cuando recordé mis primaveras vividas, mis veranos repletos de esperanza y energía contagiosa; tiempos de guitarras y canciones, protestas y ansias de arreglar el mundo.
Noté un poco de frío en la espalda y un pequeño escalofrío la recorrió, como si de un tic se tratara. A lo lejos alguien dijo mi nombre. Las estrellas empezaban a salir para saludar al Teide y un perro ladraba a lo lejos. Marco me esperaba en la puerta de casa moviendo su rabo peludo. ¡De pronto! me di cuenta de que yo vivía solo, ¿entonces quien había dicho mi nombre?
me senté en el sillón del salón, Marco me miraba fijamente mientras jadeaba un poco con la lengua fuera y movía su rabo queriendo decir algo.¡Me estoy haciendo mayor, ya oigo voces! Marco se subió a mi regazo. Encendí la televisión, en ese momento estaba un anuncio donde un perro pastor alemán dicen, que decía te quiero en inglés. la gente está loca, pensé, los perros no hablan.